sábado, 30 de enero de 2016

Yo estuve allí

Titular de Mundo Deportivo que recuerda la gesta del Celta y de su goleador Paco Doblas

Yo estuve allí. Era febrero del 75. No recuerdo que lloviese ni que hiciese frio, sólo recuerdo que yo estuve allí.

Era en medio de semana, era de noche, apenas contaba con ocho años, al día siguiente iba a la escuela, pero yo estuve allí. Mi padre, como siempre, me llevó.

Recuerdo que el contrario apareció con una camiseta que a mi me pareció hermosa, era roja y blanca, estilo Sabadell, ya sabéis de las que llaman arlequinadas.

Recuerdo también que teníamos que remontar un resultado adverso. Era un dos a cero.
Sólo leyendo la crónica del partido conozco los detalles de aquella noche, no recuerdo el desarrollo de los hechos tal como se produjeron, aunque yo estuve allí.

Paco Doblas
FOTO: yojugueenelcelta
Sin embargo mi memoria guarda como oro en paño los últimos instantes de aquel partido. Mi Celta ganaba, pero solo ganaba dos a uno. Mi padre, en una costumbre muy habitual en él pero que nunca entendí, abandonaba el estadio cinco minutos antes de cada partido. Siempre lo hacía. Con precisión suiza se levantaba y me decía: "Venga vamonos".

Ese día repitió su manía. Bajando la antigua grada de Río hacía el vomitorio de salida le dije con inocencia: "pero papá, si el Celta marca empata, y hay prórroga ¿no?". En respuesta me dijo nosequé de los goles que valen doble fuera de casa y que aunque el Celta marcase no servía para nada. No entendí esa absurda ley de los goles dobles y eso que en matemáticas tenía buenas calificaciones, pero si mi padre me decía eso, había que creerle aún sin comprenderle.

A punto de salir del estadio algo pasó que nos detuvo. Papá quería ver la última jugada antes de irse. Alguien de celeste puso un balón al área y un tal Doblas marcaba ese gol inútil para mi padre (esa noche había hecho también los otros dos). Ese gol que la absurda regla de los goles dobles dejaba como una anécdota del partido. Un partido más. Una nueva victoria pírrica de mi Celta.

Acabaron los noventa minutos y nadie se movía. Ni en las gradas los aficionados, ni en el campo los protagonistas. No había goles dobles. Falsa alarma. Vuelta para el sitio. El Celta había empatado la eliminatoria. Prórroga. Doblas volvía a marcar en el tiempo suplementario y el Celta eliminaba al Sevilla.

El Celta se enfrentará al Sevilla en las semifinales de Copa de la edición 2015-2016. Hasta la fecha, de las cuatro eliminatorias en las que gallegos y andaluces se han cruzado, los celestes solo vencieron en esta de febrero del 75 y yo estuve allí.

Estuve allí, como espero estar en esta de febrero de 2016 esperando que aquel acontecimiento de hace más de cuarenta años se vuelva a repetir. Y espero que esta vez sin goles dobles.

O sí. Siempre que pase el Celta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario