Una deriva histórica

Celebración del gol en el Nou Camp. Desde esta escena solo dos puntos de veintisiete posibles.
FOTO: LA VOZ DE GALICIA

Dos puntos sobre veintisiete posibles. Ese es el pobre balance en Liga del Celta que dirige Eduardo Berizzo desde que hiciera la machada de conseguir el primer triunfo liguero de su historia en el Camp Nou y el segundo frente al todopoderoso Fútbol Club Barcelona a domicilio (el primero lo logró en Les Corts en la década de los cuarenta).

Desde que en la Liga española se otorgan tres puntos por cada victoria (temporada 1995-96), el Celta nunca había había hecho tan pobre balance en nueve partidos consecutivos. La racha actual contempla únicamente dos empates (frente a Granada y Valencia en Balaídos) y siete derrotas (Éibar y Almería en Vigo; y frente a Rayo, Real Madrid, Málaga, Sevilla y Espanyol a domicilio).

Solo dos marcas se acercan a la actual y en ambas el Celta consiguió un exiguo botín de tres puntos sobre veintisiete posibles:

Temporada 2000-01
Los vigueses conseguían tres empates en nueve partidos (los que se jugaron entre la décima y decimoctava jornada de aquel curso). En esa ocasión el Celta empató en Balaídos frente a Racing de Santander, Barcelona y Mallorca y perdía por la mínima frente a la Unión Deportiva Las Palmas (curiosamente este fue el partido de debut en Liga como jugador del Celta de Eduardo Berizzo). A domicilio la serie se completó con pleno de derrotas frente a Athletic, Deportivo, Real Madrid, Numancia y Villarreal.
El Celta comenzó esta deriva en el quinto puesto y la finalizó al borde del descenso en el decimosexto. No obstante una gran segunda vuelta del equipo entrenado por Víctor Fernández hizo que los celestes finalizaran en posiciones europeas y jugasen además su tercera Final de Copa que, desgraciadamente y como todos sabemos, se perdió en La Cartuja de Sevilla.

Temporada 2006-07
Seis temporadas después se repetía la marca (tres puntos sobre veintisiete posibles). Entre la jornada veintisiete y treinta y cinco del curso 2006-07 el Celta únicamente consiguió un triunfo (fue en el derbi frente al Deportivo en Balaídos en el debut de Hristo Stoichkov) y cayó derrotado en los ocho duelos restantes: contra Real Madrid, Mallorca y Levante en Balaídos y en las visitas a Sevilla, Huelva (último partido de Fernando Vázquez), Zaragoza, Villarreal y San Sebastián.
Los vigueses iniciaron esta serie de nueve encuentros en la decimosexta posición a un punto del descenso y la finalizaron en la penúltima a cuatro puntos de la salvación que se convirtió en un imposible a pesar de conseguir tres victorias consecutivas en las tres últimas jornadas de Liga (Betis y Getafe en Balaídos y Atlético de Madrid en el Calderón).

Liga de dos puntos
Para encontrarse marcas inferiores a la actual tenemos que viajar en el tiempo a los dos peores torneos ligueros del Celta de su historia.
Así, entre las jornadas veintiuno y treinta y dos de la 1985-86, el Celta hizo un único punto en los doce partidos disputados (seis en Balaídos y seis a domicilio). Curiosamente el empate lo logró frente al Fútbol Club Barcelona en el Camp Nou.
Una situación similar vivió la afición del Celta en la temporada 1943-44, en donde a los celestes les costaba un mundo puntuar en sus partidos ligueros, localizándose en ese curso varias etapas de nueve partidos con un empate como único resultado positivo de la serie.

Esta claro que la racha de resultados no es nada esperanzadora y que los antecedentes históricos tampoco ayudan a ilusionarse. No obstante el celtismo debe agarrarse a lo acontecido en la primera liga que vio el siglo XXI, donde aquel conjunto dirigido por el aragonés Víctor Fernández y que contaba entre su filas con un recién llegado Eduardo Berizzo fue capaz, en una segunda vuelta de ensueño, de revertir la situación y llevar al Celta a la parte alta de la clasificación.

Sin duda el jugar el próximo año nuestra quincuagésima edición en la Primera división obliga a revertir esta dinámica tan negativa.

Publicado por Alberto Fernández